La partida de tu vida.

¿No se os a ocurrido nunca pensar que la vida es como una partida de ajedrez?

A un lado del tablero, con las fichas negras, el destino. En el lado contrario, con las fichas blancas, tú.

Siempre mueves tú primero y casualmente ese es el momento de tu nacimiento, el momento en que decides formar parte de la partida de tu vida. A partir de entonces, el destino mueve fichas una y otra vez intentano avasallarte. Tú mueves tus fichas en consecuencia. Algunas veces intentas pasar de largo, otras te enfrentas a él, pero parece que seas tú el que más perjudicado acabas.

Conforme van pasando los años, ves como tus fichas disminuyen más rápido que las de tu rival hasta que te das cuenta de que es casi imposible ganar, pero te sigues aferrando a la esperanza, intentando durar todo el tiempo que te sea posible.

Pero tanto si quieres como no el momento llega y ves como el destino te rodea.

Tú rey está solo asustado y no sabe que hacer para salvarse.

El destino mueve su ficha. Jaque mate. Estás muerto chaval.

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